Licendiado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, profesionalmente se dedica a la conservación-restauración de bienes culturales. Esta faceta le permite tener un conocimiento de los materiales constitutivos y las técnicas presentes en las obras artísticas a lo largo de la Historia. El contínuo contanto con las obras en el ámbito de la restauración ha despertado el interés por el potencial plástico y estético que pueden ofrecer los materiales en si mismos en la Pintura.

La mayoría de su obra pictórica está cargada de gran cromatismo buscando diferentes texturas que vienen formándose desde la elección y preparación de sus soportes. El vaciado de sus rostros, el dominio de las técnicas utilizadas, la libertad en el trazado de la pincelada, la fuerza de los colores utilizados, la humanización de lo sagrado, la reduplicación provocadora de algunos símbolos, y la soledad sonora, cercana a la melancolía, que impregna la mayoría de sus composiciones, le constituye en hábil espeleólogo de aquello que, bien podemos denominar, como la voluntad fetichista de toda estética barroca. Sus figuras individuales y de conjunto desenmascaran la doble dimensión que envuelve toda la existencia humana: la majestuosidad-poder de los momentos de éxito, y el dolor-esperanza que impera en los de fracaso.